|
|
|
|
JUAN RAMOS
JUAN RAMOS No podía fallar
Como cada temporada, sabíamos que la finca que cazábamos el sábado no podía fallar, el mimo y el celo que la propiedad tiene, hace que sea un valor seguro en nuestro calendario, por las visitas realizadas a la finca y los comentarios del guarda, se presagiaba una buena jornada montera. Con todos los puestos cubiertos, algo no muy normal en estos tiempos, nos juntábamos para el sorteo a la misma hora de siempre, el cielo y las previsiones meteorológicas no eran muy halagüeñas, pero afortunadamente tuvimos un clima inmejorable para la caza, nuboso, con algún chubasco ocasional y una temperatura primaveral, que hizo que el trabajo de las rehalas fuera un poco más fácil que en jornadas anteriores. Soltamos a las 11,15 horas como casi siempre y ya antes de soltar comenzaron a sonar los primeros disparos, una vez los perros en el monte, el tiroteo se fue intensificando para superar los 380 disparos, todo eran ladras, carreras de reses o piaras de guarros, que ya se salían a los llanos en la esperanza de poder salir indemnes de la contienda. Como hubo muchas posturas de más de tres reses, como anécdota comentar lo que contaba el amigo Enrique Parejo en el 3 de la traviesa de los puertos, cuando al ver entrarle 9 guarros, se echó el rifle a la cara y al primer disparo cayo uno, pero cuando iba a repetir vio con sorpresa que la bala se había quedado enganchada y que no podía sacarla, lo que hizo según sus palabras, “no poder matar 9 de 9, de lo bien y tranquilos que le habían entrado”, a destacar también el gran venado que abatió el amigo Coy en el 4 del sopié de Longuerilla, donde se cobraron 19 reses para 8 puestos, con un tiroteo propio de una batida de perdices.
|
|
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
|
|
||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
|
|