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EL VALLE
EL VALLE 28 "búfalos" cobrados
Se acercaban los últimos días del mes de octubre, y ésta era la fecha elegida para nuestra primera montería de jabalíes. La finca que nos ocupaba no se había cazado anteriormente, por lo que las sensaciones que sentíamos, organización y propiedad eran discrepantes. Por un lado teníamos mucha ilusión con la mancha, ya que la gestión que se había llevado a cabo era sobresaliente, y por otro lado sentíamos nerviosismo, pues era toda una incógnita lo que nos depararían los grandes navajeros que albergaba el cercón. Pero llegó el día de la montería y era el momento de dejar atrás los adjetivos y trabajar junto con nuestro equipo de campo para conseguir un buen resultado. Y así lo hicimos, ya que mientras los monteros desayunaban y comentaban algunos lances de la presente temporada, nosotros organizábamos todo al detalle con secretarios, guías, cargueros, postores, etc. Seguidamente se daba comienzo al sorteo de las 11 torretas que componen esta finca extremeña, todas de suficiente altura para divisar a los jabalíes. De camino a los puestos comenzó a llover bastante fuerte, y es que si algo podemos decir en lo que llevamos de temporada es que las predicciones no pueden ser más acertadas. Sobre las 11:30h se soltaban los perros, y con estos llegaban las primeras ladras de parado. A estas primeras ladras, se les unían otras muchas, y es que los jabalíes se armaron de valentía y vendieron muy caras sus pieles a lo largo de toda la montería. Pero si los jabalíes de caracterizaron por su valentía, los perros no se quedaron atrás y no cesaron en su empeño de llevar a nuestros protagonistas hacia las posturas, donde poco a poco los monteros iban agotando sus cupos. El resultado final le podemos resumir con una sola palabra “IMPRESIONANTE”. Los trofeos que se habían abatido eran de un calibre excepcional y eso se tradujo en caras de alegría entre los allí presentes. Los 28 “búfalos” abatidos en esta finca extremeña con más de 20 medallas, no quedarán en el olvido de los monteros, al igual que tampoco quedarán en el olvido de los rehaleros, muchos de los perros sobrados de valentía que perdieron la vida en sus luchas particulares con los jabalíes.
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