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EL ARCO
EL ARCO Un lujo para abrir boca
En noviembre tocaba la segunda montería en la finca EL ARCO, aprovechando que Gamos y muflones no están muy tocados de sus luchas anteriores. Al igual que hicimos la temporada anterior para la segunda montería, el cambio de situación de los puestos, así como nuevas sueltas de perros, eran requisitos indispensable para un buen resultado final. Y es que, como se suele decir, los Gamos, Muflones y Venados de esta finca, “saben latín”. Como siempre ocurre cada vez que monteamos en EL ARCO, el ambiente es inmejorable. Y digo ésto, porque es un placer disfrutar de un buen desayuno montero, en compañía de buenos amigos, y poder ver los primeros “GAMAZOS” desde la ventana, ajenos a lo que está por venir. Llegado noviembre, mes montero por excelencia, las horas de luz se van reduciendo considerablemente, por lo que, era de vital importancia, que la montería diera comienzo lo antes posible. Y así lo hicimos, ya que sobre las 11 de la mañana todos los cazadores estaban situados en sus puestos y muchos de ellos disparando sobre las primeras reses. Como seña de identidad de esta finca de tradición montera, antes de que de comienzo la suelta de los perros, el tiroteo era digno de mención. Y es que, los puestos adehesados y los espectaculares testeros, hacen las delicias de los monteros que caza año vienen a cazar a EL ARCO. Una vez soltados los perros, la coordinación entre todos los que formábamos el equipo de campo, era de vital importancia, para que la caza se repartiera equitativamente y todos los cazadores tuvieran oportunidad de hacer sus cupos. Al final del día, la finca cumplió con su parte del trabajo, ya que la calidad que ofrecía era notable, y a su vez el equipo formado por perreros, guías, cargueros, guardas y organización cumplió con el suyo pues el 98% de los cazadores agotaron su cupo.
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