EL HORNILLO
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Fantástica montería donde no cesó un instante el tiroteo y ladrerío. La lluvia no impidió un excelente resultado. |
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EL HORNILLO
Amanecía un día nada propicio para montear. El aire y la lluvia se intercalaban o coincidían dejando una mañana desapacible que sin embargo no hacían decaer la gran ilusión por montear esta bonita mancha.
Nada más ponerse los cierres comenzaaban a disparar al moverse las reses y entrar las traviesas.
El día no era el idoneo, pues el viento no dejaba oir y la intermitente lluvia también acompañaba, pero la gran cantidad de caza y el continuo ladrerío hacía que todos los monteros estuvieran en tensión durante las tres horas que duró la montería.
Al final un excelente resultado.
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