Encomienda de Mudela

MonteriasCijara

 
  Fecha: 06-12-2022
  Finca: LA ENCOMIENDA DE MUDELA
  Provincia: CR
  Organización:   Arrendatarios
  Nivel:
  Calidad: -
   
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Encomienda de Mudela

Chaqueta Caza BlaserChaqueta Caza Blaser

Por fin el pasado 6 de diciembre se celebró la que cariñosamente algunos llamamos “la montería de Anita”, la de “Guarrama”, en la Encomienda de Mudela.

Había expectación este año por ver cómo se daba dado que Ana había vendido su montería argumentando que necesitaba descansar del mucho trabajo que conlleva preparar bien una mancha para, finalmente, ver que los resultados no son los esperados, que es lo que le venía ocurriendo estos últimos años.

Los incondicionales de Guarrama nos reunimos en Umbría de Fresneda a las 8:30h y comprobamos que, efectivamente, algo había cambiado: había muchísima gente en la junta, más que las últimas veces, lo que nos hizo pensar que se podían haber reapretado los puestos y haber aumentado el número de los mismos, lo que podría repercutir no tanto en los resultados finales, pero sí en la seguridad, que al fin y al cabo es lo que debe primar. Hay que recordar que veníamos de un fin de semana negro, aciago.

Tras las migas y el café, el sorteo. Primero los cierres, para cerrar con celeridad la mancha (el nº1 de “Chorrilla” le correspondió en suerte al que suscribe) y, posteriormente, el resto de armadas.

Poco a poco se fueron montando las armadas: el Sopié, el Colmenar, los Pinos, el Albercón, Chorrillas, el Río, el Repetidor, Conejeros, la Cuerda y la Traviesa Guarrama (espero no haberme dejado ninguna) y… ¡comenzó la fiesta!

El día, perfecto para montear: blandito, sin aire, sin frío. Y la mancha, muy buena de cochinos y con algún venadete que otro. 

Teniendo en cuenta lo dicho, solo faltaba que los que ocupábamos los puestos cumpliéramos. Y lo hicimos, ¡vaya si lo hicimos!, prueba de ello son los 26 cochinos, 6 ciervos y 4 ciervas que el que suscribe contó en la junta de carnes, más algún otro que apareció al día siguiente y que no computo para no faltar a la realidad que vieron mis ojos.

La satisfacción fue general y, todo hay que decirlo, la cara de Ana era una sonrisa de oreja a oreja: ¡por fin veía en Guarrama el fruto del mucho trabajo y dedicación prestados durante mucho tiempo a su mancha, aunque estos resultados llegaran en la montería “vendida”!.

Por si fuera poco, tanto ella como yo tuvimos una satisfacción añadida: después de años de montear allí sin ver “ni un rabo”, conseguí tirar y quedarme con un cochino. ¡Por fin!

La guinda la puso el rato que unos poquitos amigos “bien aveníos” echamos en “La Gimena”.


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