Encomienda del Moro
Fecha: | 03-11-2012 | |
Finca: | EL CASTAÑO | |
Provincia: | CR | |
Organización: | La Propiedad | |
Nivel: | ||
Calidad: | - |
20 | 0 | 10 | 0 | 0 | ||
Tras la jornada anterior en Las Mengachas, completaba el fin de semana montero por tierras extremeñas Paco Berjano junto a Monteros de Encinasola.
Se servían de la situación para volver a ofrecer el desayuno en las instalaciones que se habían utilizado para la junta de carnes de las Mengachas.
Hasta allí, se desplazaban los monteros a las ocho de la mañana para tras las típicas migas esperar la hora del sorteo.
Paco Berjano dio las últimas indicaciones y dio paso al sorteo de las cincuenta posturas con que se iba a montear en esta ocasión la preciosa finca de La Encomienda del Moro.
Su propietario Joaquín Gaset, allí presente comentaba el buen estado de la finca mientras se iban nombrando a todos los monteros, incluido él mismo.
Tras sortear a sobre puesto, es decir, con todas las armadas encima de la mesa, se organizó la partida de estas al cazadero.
Tras estar todo cerrado y pasadas las doce y media del día, se soltaban las rehalas y comenzaba el espectáculo de ladras y tiros.
En esta ocasión, al igual que pasara en el día anterior, la feria fue por armadas.
Una intensa niebla y las lluvias de la jornada anterior, habían recluido al grueso de jabalíes en la parte de la solana, estando desnuda la umbría y el pinar, éste último donde fui a parar sin conseguir ver nada durante toda la jornada, siendo éstas posturas las más desfavorecidas a la hora de cobrar caza.
Aun así, se repartieron conforme los perros fueron penetrando en la espesura y hubo monteros que disfrutaron de lo lindo, como Tomas Silva Jr, que conseguía hacerse con cuatro jabalíes, o el amigo Manuel venido desde Mallorca, que conseguía abatir tres jabalíes enormes. También disfrutó la amiga Lorena G. Vizcaino que conseguía hacerse con tres de los cuatro jabalíes sobre los que disparó. También mojaron los amigos Blas Rubio, Jose Cándido y Gabriel con unas enormes jabalinas, una para cada uno de ellos.
Pasadas las tres de la tarde se retiraba a los monteros al precioso cortijo de la finca, donde esperaba el catering con todo lujo de detalles con una zona de hierba destinada al plantel.
Tras la comida, y debido a las autoridades sanitarias, no fue posible componer el plantel en la hierba, porque los jabalíes se ensuciaban, por lo que hubo que meterlos a imposición del veterinario competente en la sala de despiece directamente, desluciendo así el resultado de esta jornada montera con los treinta y dos jabalíes que finalmente se cobraron, no habiendo nada destacable salvo el enorme tamaño de las jabalinas.
Fuente: Carlos Casilda
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