La Agapita

MonterosdeSopetran

 
  Fecha: 26-09-2015
  Finca: LOS BARRANCOS
  Provincia: A
  Organización:   Monterías Jaime Lozano
  Nivel:
  Calidad: 5o 3p 3b
   
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La Agapita

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Montería en conjunto.

Con un tiempo más propio del estío extremeño se citaban los asistentes a la montería que en conjunto Monteros de Sopetrán, Bardalá y Cinegética Hispana habían mimado durante meses para ofrecer una buena jornada a los monteros. Así en la mañana de este primer día de caza las mentes estaban puestas en un buen resultado dada la abundancia de rastro y el excesivo mimo y dedicación que este grupo montero le había aportado a dicha finca.

A mi llegada a la reunión aquello se asemejaba mas a una caldereta que a una junta montera. Todas caras conocidas y muy, pero que muy poquita gente, por lo que el ambiente era totalmente inmejorable.

Con total agilidad se sortearon los 41 puestos con que se iba a cazar esta finca de los Riberos del Tajo, incluidos en ellos los postores y la propiedad, por lo que en un “santiamén” estaba todo dispuesto para la suelta.

En suertes me tocó el 5 del cierre de los Santiagos donde el postor Raúl nos dejó con total celeridad y cautela, dado que mientras nos montábamos se veían reses que tranquilas se retiraban hacia el interior de la mancha.

Pasadas las diez de la mañana se cerraba totalmente la mancha y a falta de colocar la traviesa ya se habían escuchado un par de disparos.

Momentos antes de llegar los furgones de las rehalas al cazadero, se podía escuchar algún venado berreando en el interior de la finca. La diversión estaba asegurada.

Tras la suelta vino toda una explosión de ladras, con los perros que acometían alocadamente a las carreras del cervuno. Disparos aquí y disparos allá repartidos por todo el mapa de la montería que tuvo unos comienzos frenéticos.

Así, a primera hora cumplía una cierva seguida de toda una rehala en mi postura, la cual abatí sin dilación al estar colocado en un cierre y arrastrar a todos los canes hacia la mancha vecina.

Tras estos primeros compases cumplieron otras ciervas que transitaban sin ser molestadas, y un venado que no tuvo la misma suerte de la mano del puesto 4.

También trasponía el cortadero un jabalí que aprovechando las medianeras entre mi vecino y yo cruzaba ante la levantada de armas de ambas posturas. Hay que quitarse el sombrero ante tales actuaciones hoy en día. La seguridad lo primero.

Destacar la labor de dos canes acollarados de la rehala de Melli que incansables cazaron levantando reses de principio a fin en los aledaños de mi postura. Disfruté como un niño viéndolos cazar, parecían incansables.

Ellos llevaron a Raúl Báez en incesante ladra una cochina albina que erraron estrepitosamente al poco de soltar.

Nuestro montero, lamentándose del fallo cometido veía sorprendido como otro jabalí se acercaba presto a su postura, y con mucho empeño se hizo con él.

Cuál sería su sorpresa, al comprobar que había abatido el jabalí de la jornada.

El fragor montero fue in crescendo y con parsimonia volvían cazando los perros de vuelta. El monte tranquilo y alguna que otra ladra esporádica tras alguna cierva despistada nos hacía entrar en alerta.

Así, con esa “modorrera” que caracteriza a estos momentos, me cogió de sorpresa un precioso venado de doce puntas, que tras una paradita para saludarme en mitad del acero ponía viento en polvorosa tras dos detonaciones precipitadas e infructuosas de mi Mauser. ¡A criar!.

Nos retiraba el postor y nos conducía a la casa de la finca donde nos esperaba una comida con un ambiente familiar, con todos los monteros satisfechos y contando sus lances particulares. Emilio Ortiz contaba como había abatido su bonito venado de doce puntas en compañía de su mujer, un servidor no paraba de acordarse de ese precioso venado en mitad del cortadero comentando el lance ante el asombro de los asistentes, y aparecía la cochina albina abatida de la mano del amigo Alfonso.

A nuestro querido Antonio Solís, tampoco se le dio mal con tres venados abatidos, aunque uno de ellos le tuvo que ayudar a cobrarlo el amigo Sastre y un montón de peripecias dispares acaecidas durante la jornada.

En líneas generales todo el mundo se marchaba satisfecho ya entrada la tarde.

Los perros capearon bien este primer envite, donde a pesar del calor aguantaron cazando de principio a fin.

Desde Bardalá, dar las gracias a Javier de Cinegética Hispana por tomar las riendas en el desarrollo de la montería, y destacar la armonía entre Monteros de Sopetrán, Bardalá y Cinegética Hispana a la hora de organizar esta magnífica jornada.

Felicitar también a los afortunados que tuvieron suerte, y a los que no la tuvieron desearles que la Virgen de la Cabeza los acompañe en una posterior ocasión.

 

Fte: Carlos Casilda Sánchez.